Doña Clotilde tiene una mascota, se trata de un perro algo desobediente y su nombre es Satanás. Debido a que se pierde, su dueña comienza a llamarlo, y sin querer, Quico se encuentra en el patio de la vecindad escuchando la forma desesperada en que lo busca. Esto es motivo suficiente para asustar a Quico y él mismo se encarga de transmitirle este miedo al Chavo, lo cual hace que su garrotera se haga presente.
A pesar de que don Ramón encuentra al perro y lo devuelve a su dueña, la confusión en la vecindad sigue presente, ya que los niños continúan escuchando el nombre de la mascota, pero aún sin saber de quién se trata.
La confusión se hace aún mayor, al encontrar la supuesta varita mágica de la Bruja del 71. El Chavo quién es el que la posee, asegura tenerla ya que minutos antes desapareción un pastel con solo tocarlo. Para confirmar su teoría frente a Quico y don Ramón, con esta vara toca una caja de madera que mágicamente se mueve; lo que ellos no saben es que adentro se encuentra el famoso perro Satanás.
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