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sábado, 1 de diciembre de 2012

Don Ramón zapatero (1973)


Don Ramón desempeña una nueva faceta laboral, esta vez como zapatero y su lugar de trabajo es el patio de la vecindad. Al tener este espacio como centro de trabajo, se ve obligado a soportar las preguntas, los juegos y las incomodidades que le genera tanto el Chavo, como Quico.

A partir de un enojo del Chavo hacia Quico, por haberle quebrado el huevo que habia puesto la cochina (la gallina), y que tenía pensado comerlo, el Chavo planea pegarle con el martillo, acto que don Ramón detiene y le deja una gran enseñanza con una frase memorable: "La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena".

Con muchos zapatos que arreglar, entre ellos los de doña Florinda y los del Señor Barriga, don Ramón debe dejar en manos del Chavo su trabajo, ya que debe entregar el trabajo realizado. La confianza fué un problema, ya que no contaba con que el Chavo y Quico se iban a encargar de arreglar los zapatos por cuenta propia, pero en vez de arreglarlos, lo que generan son más problemas.
A pesar del desastre, don Ramón asegura enseñarle la profesión de manera correcta al Chavo, esto en el episodio de la próxima semana.

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