A Doña Florinda la invade el espíritu navideño y organiza una cena en su casa, ella misma se encarga de invitar a sus vecinos de la vecindad, recalcando que esa noche es una noche de amor y paz.
Al llegar la noche, todos se reúnen en casa de doña Florinda. El señor Barriga lleva regalos para todos, para que, luego del brindis y la cena, cada uno de los invitados, abra su regalo agradeciéndole al dueño de la vecindad.
Unos puros, una cafetera, una bufanda, pañuelos y carros fueron los regalos recibidos. Todos quedaron complacidos, quizás no tanto don Ramón, que encontró en su regalo la forma de una botellita.
El Chavo con su buen corazón, le da su regalo al hijo de la portera, quien acababa de nacer.
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