Una nueva vecina aparece en la famosa vecindad y don Ramón, al percatarse de su belleza, dispone de toda su atención. La vecina, de nombre Gloria, le pregunta si conoce de algun departamento disponible en la vecindad.
Al no tener una respuesta inmediata, don Ramón le asegura que para horas de la tarde podrá averiguarle el dato. Ella confía y regresa en la tarde a la vecindad.
Para su mala fortuna, el Chavo y la Chilindrina confunden las tareas solicitadas por don Ramón y lo único que logran es causarle molestias, golpes y daños al indefenso padre de la Chilindrina.
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