El Chavo se presenta ante sus amigos con un trabajo temporal aprovechando sus vacaciones, el de bolero, que es lo mismo, limpiador de zapatos. Su servicio se lo ofrece a don Ramón, pero para sorpresa de todos, el papá de la Chilindrina les confirma que no tiene tiempo, ya que se dispone a ir a trabajar de peluquero. Dicho empleo lo obtuvo porque el peluquero real se fue de vacaciones o se enfermó.
La noticia de este nuevo trabajo llega hasta los oídos del señor Barriga, que a pesar de que no tenía que enterarse, el Chavo sin querer queriendo, se lo hace saber, diciendo hasta la dirección de la peluquería en la que se encuentra.
Las acciones se trasladan hasta este nuevo lugar, la Peluquería Gran Figaro. Mientras don Ramón trabaja, el Sr. Barriga aparece para cobrarle la renta, lo cuál hace, que aprovechando su creatividad, don Ramón le haga un trueque, de ofrecerle trabajo a cambio de perdonarle unos meses de renta. Logra hacerle la barba.
Quico resulta ser un cliente de don Ramón, al mismo tiempo que el Chavo se presenta en la peluquería para ofrecer su trabajo. La mala noticia es que realiza todo mal, pintando sus zapatos con pintura negra, mismo caso con el señor Barriga, pero esta vez utiliza pintura blanca para sus zapatos.
Aprovechando la salida de don Ramón, los niños juegan con los implementos de trabajo y el Chavo para simular mejor el juego, le corta el cabello a la Chilindrina, para luego bañar en shampoo a Quico.
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