Don Ramón desesperado por la desaparición de sus pescaditos de colores, acude a la casa de doña Florinda para comunicarle que piensa matar a su mascota, un gato, por ser el que supuestamente se esta comiendo sus pescaditos.
Los niños se hacen presentes en la vecindad, luego de regresar de sus lecciones en la escuela y hacen saber que el Chavo sufre de la garrotera. Don Ramón intrigado por el término, pide una explicación sobre que es eso y como se genera.
La garrotera es causada por un susto generado y el resultado es que el Chavo se mantenga inmovil en una posicion de pie y con los brazos encogidos. Vuelve en sí tras recibir un poco de agua en su rostro.
Mientras los niños estudian en la casa de don Ramón, se enteran que se desaparece un nuevo pescado de la pecera. Esto pone fin a la paciencia del papa de la Chilindrina y con su equipo de torero, se dispone a matar al gato.
Una vez cumplida su promesa, don Ramón no se explica como es que aún sin gato, sus pescaditos de colores se siguen desapareciendo. La razón solo puede ser una, el Chavo se los come.
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